viernes, 29 de octubre de 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

Esperanza que espera


Esperanza que espera en una risa fina y suave,
esperanza que espera en un día de ayer, de mañana, de hoy,
esperanza que surge tras una nariz colorada,
esperanza que nace en dos ojos pequeños.
Esperanza que se cuela en mis zapatos,
que se acomoda en mi bolsillo,
en los bolsillos pequeños de esos pequeños
entre las piedras, los sapos y un pedacito de pan.
Esperanza que espera a un payaso que la despierte,
esperanza que juega a las rondas, a la escondida
o que gira en un yo-yo.
Esperanza que te busca en las miradas,
que te envuelve en los suspiros,
que te atrapa en las manos que se estrechan,
en los gritos que te llaman para jugar.
Esperanza que espera a que este mundo las invite,
les de lugar para soñar, reir y jugar,
esperanza que espera en el cielo,
en las trenzas, los autitos, las muñecas y lo gritos de felicidad...

Esperanza, esperanza...

viernes, 1 de octubre de 2010

Carta enviada al Senador Miguel Ángel Pichetto

Quizás nunca lea este mensaje y quizás nunca lo responda. Mi nombre es Matías Ferreyra, soy Profesor de Nivel Primario y actualmente estudiante de la Escuela de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Córdoba. Sinceramente quería felicitarlo por tener la suerte de haber nacido con una "cara normal". Porque todos los que nacen con esta cara son lo que pueden llegar a ser alguien en este país. Yo le pregunto, si Evo Morales intenta ir a un banco de este país, ¿lo van a arrestar? Pero claro, yo no le echo la culpa de esto a usted. Cuando uno lee la historia de este país, se da cuenta de que el racismo está instalado desde hace mucho tiempo. Ya Sarmiento hablaba de masas ignorantes cuando refería a todos aquellos que hoy son los que tienen la "cara de delincuentes". El mismo Alberdi manifestaba que "¿quién conoce a un caballero entre nosotros que haga alarde de ser un indio neto? ¿Quién casaría a su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucaria, y no mil veces con una zapatero inglés?" Civilización y barbarie todavía hoy sigue instalado en gente como usted. Barbarie que ahora es marginación absoluta, marginación que hoy es sinónimo de delincuencia, drogadicción, prostitución, ignorancia, alcoholismo. ¿Podemos llegar lejos cómo país de esta forma? Sinceramente me siento defraudado porque yo creí muchas veces en sus palabras y ojalá pudiera tomar su declaración sobre la "cara de delincuente" como algo más, pero es imposible estimado. Claro que quizás no lea esto y ni siquiera le importe responder porque yo soy un ciudadano más entre tantos otros que seguramente lo aplauden y lo vitorean por su manifestación. Seguramente muchos van a decir que Usted dice lo que nadie se anima a decir. Pero yo no. Yo no lo aplaudo y le pido que ojalá que reflexione. Le pido que se de cuenta de que esos sujetos "con cara de delincuentes" son descendiente de los más puro de esta tierra, son los descendientes de los "desiertos" argentinos (como osaron llamar algunos a nuestras hermosas tierras), son los dueños de este hermoso lugar que muchos, que tienen "caras lindas", les quitaron con la muerte. Ojalá todos tuvieran la suerte de nacer en una linda casa, con una hermosa familia, ir a un buen colegio y tener una buena educación. Pero no es así y usted lo debe saber bien. Usted sabe muy bien que hay gente que no tiene esa suerte. Hay gente que nace rodeada de delincuencia, de prostitución, de drogas y de armas. Entonces qué pretendemos, ¿qué salgan a trabajar? Son generaciones de gente sin trabajo, generaciones de gente que pide para vivir y que muchas veces tiene que robar para llevar comida a la casa. La pobreza no es culpa de los pobres señor. La droga no la inventan los pobres, la inventan los que tienen plata. La delincuencia no le sirve a los pobres, beneficia a los ricos. La pobreza es un gran negocio para muchos Senador, entonces no los culpen por su rostro. Su manifestación es una de las peores formas de violencia: la violencia simbólica. El mensaje que usted dio es decirles a todos aquellos que no se acerquen al "canon de belleza y buena cara", que en este país están perdidos, que en este país no tienen derecho a nada. Pero claro, nada que no sepan ya. Si no tienen derecho a la vida, ¿acaso les importará el derecho a entrar a un banco?