sábado, 20 de diciembre de 2008


En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones. Una sola cosa inquieta en este justo panorama: lo que pueda ocurrir el día en que alguien consiga explicar también el basural.

miércoles, 10 de diciembre de 2008


Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero...

Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto

jueves, 4 de diciembre de 2008



“la humanidad no pondrá su cuello bajo el hacha del verdugo, su instinto de preservación, su condición de seres humanos pensantes, lo hace imposible”…

(Fidel Castro)

martes, 25 de noviembre de 2008

El loco...

Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.

GIBRÁN KHALIL GIBRÁN

lunes, 17 de noviembre de 2008

Todo. Nada. Mi vida sin sentido o con un sentido que no entiendo, un orden que desconozco. Mis palabras, las palabras (¿de quién son las palabras?), nacen, fluyen, se mezclan, no tienen lógica, mis dedos no las pueden ordenar, no hay rimas (¿La vida no rima con la muerte?), ni frases hechas. Las palabras ¡Qué desorden, que orden misterioso! Y la música, los acordes, si bemol, do bemol, re sostenido, mis pies sostenidos y de nuevo si bemol. La locura, la razón, la razón de mi locura, la locura como la más sana de las razones (¿Lo dije alguna vez?). Todo de nuevo. Mi vida y la muerte que van de las manos, la soledad (también es mía) que hace el amor conmigo (perdón, el amor ya está echo) que siente el amor conmigo. La evolución (¿No existe?), la mutación (no la entiendo), la revolución (¿de mi ser acaso?). Algo nuevo, algo latente, sin formas, ni normas, ni reglas, ni prejuicios, ni nada que lo detenga, nada.
Me rio, soy felíz, pero por dentro lloro, mi corazón llora, quiere morir para nacer de nuevo (¿Hay que morir para nacer de nuevo?), quiere volver a ver, quiere encontrarme, desearme, sentirme, amarme, seducirme, conquistarme.
Saberme conocer (saber, sabor, sabiduría, ¿te acordas?) saberme ver, saberme aceptar...
Camino (ahora estoy sentado) con mis pies descalzos, con mi mente en blanco, con mi corazón abierto, camino y camino y sigo caminando, como el tiempo, como los segundos que no paran, camino, un paso, dos pasos, diez pasos, un camino... me cansé, ya no se que digo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo

Mario Benedetti

martes, 11 de noviembre de 2008

Si Peter Pan viniera...

Uno de los finales mas triste que yo jamas leí, es el final de Peter Pan. El tiempo pasa y pasa para todos, Wendy crece y se hace toda una mujer y tiene una niña que se parece a ella cuando se escapaba con Peter Pan. Una noche, pasado mucho mucho tiempo desde la última vez que se vieron, Peter Pan irrumpe en la habitación de Wendy para buscarla, para llevarsela de nuevo a Núnca Jamás. Pero el tiempo no pasa en vano, Wendy no es una niña. Cuando él le dice: "vengo por ti", ella le dice: "no des la luz, porque dar la luz supone enfrentarse a la jodida certeza de que hemos crecido". Alguien entró de golpe a la habitación y encendió la luz y nos dimos cuenta de que ya casi no quedan niños, de que dejamos el derecho a la infancia a los que no merecen. Si Peter Pan viniera a buscarnos no des la luz, no vaya a descubrir que le hemos traicionado y hemos crecido demasiado.

Ismael Serrano

viernes, 7 de noviembre de 2008

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua...




Julio Cortazar- Rayuela- Capitulo 7

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La imaginación que nos lleva a sueños posibles o imposibles siempre es necesaria. Es preciso estimular la imaginación de los educandos, usarla en el "diseño" de la escuela con la que ellos sueñan. ¿Por qué no poner en práctica dentro del salón de clase una parte de esa escuela? ¿Por qué, al discutir la imaginación o los proyectos, no les subrayamos a los educandos los obstáculos concretos- aunque algunos sean por el momento insuperables- para la realización de su imaginación? ¿Por qué no enfatizar el derecho a imaginar, soñar y luchar por el sueño?
Al fin y al cabo es preciso dejar bien claro que la imaginación no es ejercicio de gente desconectada con la realidad, que vive en el aire. Por el contrario, al imaginar alguna cosa lo hacemos condicionados precisamente por la falta de lo concreto. Cuando el niño imagina una escuela alegre y libre es porque la suya le niega la libertad y la alegría.

Paulo Freire. Cartas a quien pretende enseñar.